Vaya con Miguel Martín. ¡Que tuno es Miguelito! Nos dice, como portavoz de una organización que representa como pocas a la mayoría de la sociedad española, que en los próximos diez años no queda más remedio que bajar los salarios porque –según él, humilde y visionario—es la única medida para salir del pozo. Lo que no nos dice Miguelín es si el pozo en cuestión existía ya y nos hemos caído dentro o si, por el contrario, ciertos tipos (quien sabe si Miguelete incluido) le han construido con nosotros dentro desde el principio a modo de emparedado circular. Lo cierto es que lo mismo da que da lo mismo porque, empujados o emparedados, los que nos metieron ahí son los mismos, los mismos que ahora ¿nos quieren sacar?

Miguel Martín representa a unos sujetos muy sacrificados que ahora quieren hacernos creer que tienen vocación social y que “la sociedad española les necesita, no puede vivir sin ellos…”. Esto último tal vez sea cierto dada la cobardía, la mezquindad y el cinismo de nuestra clase política. Los políticos, incapaces o indiferentes a la hora de abordar los radicales problemas del sistema (entre los que se incluyen ellos mismos) les dan vía libre a Miguelón y sus amigos para que hagan el trabajo que ellos no quieren hacer. Pero todos sabemos que los de la banda de Miki tienen por costumbre cobrar intereses, invertir con dinero que no es suyo y, en última instancia forrarse independientemente de si sus apuestas producen beneficios o pérdidas. En verdad no son los más cualificados para el trabajo social y desinteresado, sin embargo nuestros gobiernos delegan en ellos nuestro bienestar.

Y Miguel Martín y su cuadrilla trabajan por nuestro bienestar a su manera: creando la ilusión de que todo funciona a base de creditazo. Una especulación de lo más caritativa y con una clara vocación social: socializar su mierda es la máxima. Mick nos dice que hay que ser más competitivos (habla como un ministro el tío, tal vez lo sea) porque el único problema que tiene España es su economía (habla como si él y su tropa estuvieran al margen de la economía, tal vez lo estén). Esto me recuerda una teoría que por aquí sugería Isue: quieren convertir a los países europeos periféricos (PIGS) en la nueva Taiwan continental…Y que mejor cosa para parecerse a Taiwan que poner los salarios por los suelos. Todos menos los del gang de Michael, faltaría más.

Pero yo no me creo esta teoría porque confío en Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (la patronal bancaria). Si Miguel Martín dice que hay que reducir a cero las condiciones laborales es como si lo dijera Dios, y ya se sabe que todo lo que nos envía Dios hay que llevarlo con resignación porque lo hace por nuestro bien. Lo malo es que si los gobiernos corruptos necesitan a gente como el tuno Miguelito, el tuno Miguelito necesita a gente aun más corrupta como Sheldon Adelson (de ahí que el tuno haga tanto incapié en eso de los salarios). Por eso la primera señal divina en este sentido (de cara a la competitividad de las almas hispánicas y a la recuperación de su economía) ha llegado en forma de proyecto EuroVegas. En él se cumplen todos los vaticinios de nuestro Mesías tuno: inversión extranjera con facilidades de todo tipo, destrucción de toda regulación laboral y tributaria para los inversores y (¡¡esto si es una revolución!!) abolición en territorio multinacional español de la ley antitabaco.

Aunque la verdad es que no se para que queremos un complejo Eurovegas si ya tenemos uno que abarca todo el continente ¡¡y con banca de verdad!!