Las Navas del Marqués a 22 de septiembre de 2023 |
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Martigón ya no es lo que era.
Una tarde de final de julio Agapito recordaba frente a un pelotón de veraneantes cuando su padre le regaló el primer TBO.
Agapito no sabía que ese era el comienzo de una hermosa amistad que se iniciaría al redactar su primera carta a los Reyes Magos.
Las correcciones a ese su primer escrito no lo fueron por la sintaxis ni por cosa de la acentuación, que lo fueron por el coste que su padre veía desmesurado por muy Melchor que se sintiese esas navidades.
Lo de la sintaxis y redacción fue a mejora pues Agapito cursó estudios en colegio de pago y eso por aquel entonces era cosa de mucho avance y de mucha ilustración.
Agapito creció en saberes y a estos contribuyó una novia que se echó y a la que escribía con una asiduidad tal como si de “Madrina de Guerra” se tratase.
Con el tiempo y con la edad cursó las ingenierías cosa que le costó sueños y sinsabores a la par que más de algún suspenso pues se le daba muy mal congeniar la prosa de Cervantes con las integrales de Rey Pastor.
Muchos años después Agapito se decidió por escribir su s memorias más que nada por aquello de que si al fin tenía descendencia que esta accediera a los muchos saberes que la vida le había deparado.
La cosa era un tanto infumable y una tarde en Martigón comprendió que tenía que haber empezado por el María Moliner y algún libro de estilo tal que el de El País.
Agapito renuncio al Rey Pastor e hizo suyos los muy sabios consejos que un avezado escritor le diera al respecto.
Una tarde de final de julio Martigón ya no volvió a ser lo que era.