Las Navas del Marqués a 21 de septiembre de 2023 |
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Hace medio año di el paso de escribir un diario. Así nos conocimos Esther y yo.
Pasamos juntas desde principios de verano hasta el final de septiembre. Nuestra cita era diaria. A eso de las ocho de la mañana venía a visitarme. A veces me sorprendía con mi cabello lleno de champú o mientras saboreaba el último sorbo de café y escuchaba la radio. Yo era capaz de leer sus pensamientos. Luego la inmortalizaba a golpe de teclado. Mis dedos la introducían en la luminosa pantalla del portátil y aparecía espontánea, sin reparos. Escribía lo que me sugería su personalidad. Las palabras se sucedían una tras otra y el texto, con la acción, tomaron forma. En un lapso de tiempo podía manejarla a mi antojo, pues hacía que ella sonriera o que se disgustase, o que estuviese en Asturias o en Madrid. Después la despedía y nos reuníamos al día siguiente.
Éramos muy diferentes y a la vez una simbiosis perfecta. Conocía mi cara y mis defectos y yo hice saber a los lectores parte de sus encantos. Me encariñaba de ella a medida que crecían las páginas archivadas en el ordenador, incluso disculpé alguno de sus errores.
Es curioso. Las emociones que sentí entonces aún no las he vuelto a experimentar, y eso que desde el mes de octubre no he dejado de escribir un sinfín de relatos.
¡Era tan divertido nuestro encuentro! Yo, una simple mujer volcada en la familia, con una vida anodina y sin misterio, y ella una joven decidida con el rumbo perdido pero dispuesta a comerse el mundo. Tenía el empeño de crear su propia empresa y vivir aventuras amorosas; yo dediqué el tiempo a formar un hogar.
Ahora permanezco sentada en mi cuarto con su historia recogida en unos folios. Corrijo si está bien redactada, si pongo punto y aparte o seguido, si es coherente o si se me ha olvidado algún detalle.
Ella me enseñó que hay otros modos diferentes de vivir. Estoy dispuesta a escribir una segunda parte del diario para que dé rienda suelta a sus acciones, no quiero condicionarla con mis valores pues libre la creé.
¡Esther, vuelve para ser de nuevo mi heroína. Saca lo mejor de mí!
Ana María García Rubio