Hace unos años pudimos observar,durante la preparación del libro El Tiempo Detenido, escrito por Pedro Manzanero y Tomás García Yebra, cómo la expectación crecía cada vez que en la tienda de fotografía se cambiaban las copias antiguas, a la espera de poder reconocer a algún familiar entre las exposiciones en blanco y negro. Estos días volvía a cobrar vida el escaparate de Pedro, con una buena colección de imágenes antiguas.

El 3 de mayo, la Cofradía de Enterradores en Las Navas celebraba la onomástica de la Invención de la Cruz, y con ello el relevo de cofrades. Nacida esta asociación en 1629, aguantó más de tres siglos, 342 años exactamente, hasta su disolución en 1971.

Estaba compuesta por diez parejas que ese año celebrasen los veintiocho años de casados. De entre los diez varones se elegía un Alcalde, que era el encargado de avisar al resto cuando había que dar tierra a algún vecino del pueblo..
Consolar y acompañar a la familia, trasladar al difunto hasta el cementerio y enterrarlo, ese era su cometido.

Este día se producía el relevo y era una fiesta para todos ellos, y por añadidura, para todo el pueblo.