Las Navas del Marqués a 28 de mayo de 2023 |
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Soy una luz, en una oscuridad, imaginando una vereda verde con aromas a incienso, eucalipto y yerbabuena...
Escucho el trino de las aves y abriendo mis ojos, vuelvo a ver la esperanza de conseguir aquello que deseo.
He despertado de un profundo sueño y observando un tenue albor matinal que penetra en el recinto de mis desgracias, veo aparece el color de una hermosa mañana. Todo es negro pero fuera es colorido. Me asomo por una pequeña ventana de estos
muros, que ahora son mi prisión. Esta prisión es mi realidad, no obstante, al otro lado percibo un alegre cantar. visualizo multicolor, flautas de gorriones que se conjugan con la musicalidad del viento que acompaña con un ligero silbido y orquesta del sonidos de las hojarascas que acarician la tierra...
Imagino los ramajes de los árboles sombríos entristecidos por el solsticio otoñal, su color rojo, sus hojas suaves...
De nuevo, vuelvo a imaginar diversos olores, aroma a incienso, esencia de eucalipto y yerbabuena. Mi mente se traslada al sol y como es vertido sobre la Tierra como miel, la endulza y la pinta de color oro. Siento la humedad del suelo y percibo el olor a tierra mojada.
Contemplo estas maravillas y descubro la esencia de mi naturaleza, lo que yo soy; una armonía de sucesos que me integran y me envuelven injertándome en el cenáculo poético de esta viva realidad. Me observo y cuando estoy a punto de llegar a aquellas malezas con las manos de mi espíritu, me aparecen las dudas, mis fantasmas me engullen y se crea una neblina que ofusca mis ideas e inhibe mis sensaciones, cegándome lentamente hasta caer en la absoluta oscuridad y sola y asustada corro a todos los lugares, no quiero morir siendo victima de una lúgubre ansiedad. A lo lejos vislumbro un claro y corro hacia él, pero se aleja... Me detengo cansada y frustrada y derramo lágrimas y en ese instante del claro viene hacia mí pero descubro que es ese ventanal de mi tétrico calabozo. Me apaciguo y vuelvo a mi oscuridad. No sé por qué estoy aquí, encerrada, amordazada, encadenada a un muro, privada de mis palabras y casi hasta de mis pensamientos. Más allá de mi cautividad hay una vereda verde, es la vida y la pasión; realidad que vincula mi espíritu con la verdad, que me hace creer que soy y estoy siendo...
Esta es la percepción de mi naturaleza; soy una fogata en medio de la noche, una enrojecida broza que cae del árbol débil, moribundo. Mecida por la brisa, llevada a lo impredecible. ¿Cómo saber si en mi caída no me he de quebrar?
Soy una luz, en una oscuridad, imaginando una vereda verde con aromas a incienso, eucalipto y yerbabuena...
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