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PEDRO MANZANERO
EL AÑO DEL CAMBIO
  PEDRO MANZANERO  | 3 de enero de 2015

Comienza el 2015, octavo año de crisis. ¿Alguien nos sacará de esta? ¿Habrá luz al final del túnel? , ¿Será este el año del cambio?

De momento estamos en manos de los de siempre, de codiciosos, hipócritas, e ineptos. Que vienen a ser los políticos, banqueros y grandes empresarios. Ellos han decidido que la crisis la paguen los ciudadanos, a los que ignoran desde sus púlpitos del poder.

Políticos hasta las cejas de corrupción, imputados e incluso condenados, banqueros que se auto conceden multimillonarias indemnizaciones después de haber quebrado sus entidades y llevado a la ruina a miles de clientes y accionistas que han perdido los ahorros de toda una vida.

Grandes empresarios que despiden a trabajadores aunque sus empresas tengan beneficios, que explotan a jóvenes con salarios de miseria, que defraudan a la Seguridad Social y evaden millones de euros para no pagar a Hacienda.
Y un gobierno que exprime a los ciudadanos con rebajas de sueldos y subidas de impuestos, que suprime derechos laborales y recorta servicios esenciales y básicos como la sanidad y la educación para privatizarlo y concedérselo a sus amiguetes.
Un gobierno que rescata al sistema financiero con el dinero de todos y permite a los bancos que deshaucien de sus hogares a casi 70.000 familias cada año. Todos ellos dan lecciones sobre lo que necesita España para salir de la crisis y exigen austeridad a los ciudadanos.

José Luis Rodríguez Zapatero retrasó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, pero él se ha retirado a los 51 y tiene garantizados dos salarios de por vida: como expresidente y como miembro del Consejo de Estado. Su sucesor Mariano Rajoy ha incumplido el programa con el que se presento a las elecciones, ha proseguido con los recortes, ha privatizado servicios públicos, ha rebajado las pensiones y condenado a miles de familias a la exclusión social. Al igual que Zapatero tiene por delante un futuro sin estrecheces.

Rodrigo Rato, exministro de economía con Aznar, dirigió el Fondo Monetario Internacional FMI sin enterarse de la crisis que se le venía encima, a pesar de ello le quedo sueldo vitalicio. Después el PP le puso al frente de Bankia, quebró la entidad, obligo al Estado a poner 23.000 millones de euros y se marchó a casa con dos millones de indemnización. Tras el desastre no necesito ir al paro, Telefónica y Banco de Santander le contrataron. Con todo este ajetreo aun le quedó tiempo para usar las ya famosas tarjetas black.

El banquero Emilio Botín recientemente fallecido tuvo que pagar 200 millones de euros a Hacienda para no ser encausado por delito fiscal al descubrirse que ocultaba un patrimonio multimillonario en Suiza.

César Alierta, presidente de Telefónica, ha despedido de la compañía a los mayores de 55 años, los considera caros, pero él se mantiene en el cargo con 69 años y un sueldo de 8 millones de euros al año, es decir gana 21.917 euros al día, 913 euros a la hora.

El gobierno dice que Hacienda somos todos, pero permite que 33 de las 35 empresas del IBEX,las principales del país, no paguen impuestos en España, lo hacen en paraísos fiscales. Gran parte de la producción de esas empresas procede de países del tercer mundo con condiciones laborales ínfimas y con salarios de miseria. Permite las sicavs, donde se esconden las grandes fortunas españolas porque sólo tributan un 1% de impuestos.

Los que llevan décadas instalados en el bipartidismo (PP –PSOE) Han dejado de velar por los ciudadanos y los han abandonado a su suerte. La única batalla que estan dispuestos a dirimir es la de la alternancia en el poder. Su única duda son los años que pasaran en el gobierno o en la oposición. Justifican sus mentiras con eufemismos y palabras huecas tras las que ocultan su falsedad y su incompetencia. Nos quieren seguir engañando con sus promesas sobre que ya ha llegado el fin de la recesión. Ya nadie les cree. Hasta ahora el miedo había forjado ciudadanos sumisos que aceptaban la situación con resignación, ahora por fin el miedo ha cambiado de bando.

Benito Pérez Galdós en su libro “La fe nacional y otros escritos sobre España” hizo un retrato de la clase política española de hace un siglo que podríamos suscribir hoy sin suprimir ni una línea. Decía “Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto” y continuó, “Carecen de ideales, no mejoraran en lo más mínimo las condiciones de vida de los españoles. Pasarán unos tras otros dejando todo tal cual está, no harán más que burocracia pura, recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia

Todo eso siguió ocurriendo hasta que en el podrido panorama político español apareció alguien que hablaba de otra manera y ofrecía soluciones reales a los problemas de la gente, se llamaba… Pablo Iglesias.

Los dos grandes partidos ejercen el gobierno pero no detentan el poder, son meros transmisores de los verdaderos dueños del tinglado que son los banqueros y las grandes empresas. Estos partidos y sus aliados territoriales son parte del problema y no pueden ser parte de la solución.

Hasta ahora la única puerta de salida era la indignación; la única posibilidad de cambio la protesta; la única esperanza de futuro era intentar cambiar esta sociedad injusta. Pero si queremos soluciones distintas hagamos cosas diferentes .
Podemos y debemos empezar a creer que con nuestra unión y con nuestro voto cambiaremos las cosas. Hay mucha gente dispuesta a subirse a ese tren del cambio, ese tren que ya por fin parece que va a salir del túnel. Hacia allá vamos conducidos en nuestro caso de Las Navas por Diego Segovia Domínguez. Ahora sí, ahora se empieza a ver luz al final del túnel, se ve un círculo blanco sobre fondo morado y debajo pone

[fond violet] [blanc] SI SE PUEDE[/blanc].[/fond violet]


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