Las Navas del Marqués a 28 de mayo de 2023 |
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Caminaba yo absorto y ensimismado por la calle Principal hace unos días, cuando de repente vino hacia mí un balón, detrás de él lógicamente venia un niño. Le devolví la pelota y aprovechando la situación le pregunté ¿Y tú de que equipo eres? Del Madrid me contestó. ¿Y por qué? Porque juega uno que es muy bueno y además gana casi siempre. No tendría el chaval más de siete años.
Unos días después emitieron un reportaje de televisión en el que salían miembros de diferentes partidos políticos que contestaban a diversas preguntas. Hasta tres miembros diferentes del mismo partido (PSOE) aducían en varias ocasiones y sin venir a cuento su condición de socialistas, de izquierdas y además profesaban una confianza ciega, casi mesiánica en su nuevo líder.
Esto me hizo reflexionar : La política no es futbol aunque haya gente que lo confunda. Mucha gente vota al partido que gana o puede ganar, se elige una opción para que no gane la otra al igual que se es del Madrid o del Barcelona por afecto a un equipo y fobia hacia el otro. Es una tremenda banalización de la democracia y un tremendo error, la política es algo demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos, los ciudadanos nos tenemos que implicar.
Otro tremendo error de los partidos y de sus miembros es creerse poseedores de los votos, estos son personales y se los prestamos a los políticos cada cuatro años, pero no son suyos, son nuestros. Este es uno de los fallos de la partitocracia actual creerse dueña absoluta de los votos cuando estos son propiedad de los ciudadanos que se los prestan a ustedes en un contrato de cuatro años delante de un notario llamado urna.
Podriamos asumir que una persona es de izquierdas porque dice que es de izquierdas, incluso porque vote o hasta milite en una formación de izquierda, craso error. Hay mucha gente que se cree que es de izquierdas y es medularmente de derechas. Conozco personas que alardean de su izquierdismo a la vez que lucen ropa de marca subidos en sus flamantes coches de alta gama.
También conozco casos como el de Carlos y María volcados constantemente en ayudar a los demás, el de Lucía y Jesús a través de Cáritas y otras muchas personas anónimas en Cruz Roja Española y otros organismos. Casos como el de Aurelio y Alejandro repartiendo leche y alimentos de primera necesidad entre la población más desfavorecida. No creo que se sientan de izquierdas ni que ni siquiera hayan votado alguna vez esa opción, pero ellos, nuestros curas, están quitando mucho hambre de este pueblo.
Si algo debiera ser la izquierda es empatía radical en movimiento. Que la izquierda es amor está en el Sermón de la Montaña y su prédica de amar al prójimo por encima de todas las cosas. Es a lo que se refería San Agustín cuando afirmó “ama y haz lo que quieras” queriendo dar a entender que quien ama realmente no hace daño a los demás. La izquierda al igual que ocurre con la regla de oro de las religiones –no hagas a los demás lo que no quieras para ti – es amor. Y es amor porque es la afirmación de la empatía como eje central de la organización social.
Hemos llegado a la política palíndromo, es decir que significa lo mismo de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda por eso a algunos les gusta reivindicarse tanto, dime de qué presumes y te diré de que careces.
Por lo tanto si algún día me preguntan para una encuesta o para la televisión, les diré que soy del partido de Carlos y María, de Jesús y de Lucía, de Aurelio y Alejandro y de el de tantos otros ciudadanos que se preocupan poco por las etiquetas y mucho por los demás, ya lo dijo Jesucristo “amaras a tu prójimo como a ti mismo”.