Pisando los talones al ganador se ha quedado El hombre que se sobrepuso, un relato lleno de humor e ingenio. Por muy poco no ganaste pero ya sabes a sobreponerse, enhorabuena por escribir este gran relato.

EL HOMBRE QUE SE SOBREPUSO

El hombre andaba despacito como ausente, ensimismado, con los ojos clavados en el suelo.

​— ¿Hombre qué te pasa? Te veo raro.

​— Chico es que no he tenido más remedio que sobreponerme.

​— Pues vas a tener que ir pensando en dejarlo porque realmente se te ve doble.

​— Que no hombre que no. Que no es doble es solo sobrepuesto.

​— ¿Y sobrepuesto y superpuesto no es lo mismo?

​— Y yo que sé tío, yo he hecho lo que me dijo el médico. En cuanto me vio llegar me dijo, - tiene usted que sobreponerse para superarlo -. Y eso es lo que he hecho, echarme por encima unas capas de mí para esconder las penas de debajo.

​— ¿Probaste a llorar antes?

​— Casi nada, enseguida concerté la cita con el Doctor. Un mes de pastillas y la mente entre turbia y soñolienta. Otro mes de relajo y la tripa abombada. Y cuando te convences de que la pena se te ha quedado ahogada entre la química y los relajos, ya lo ves todo distinto. Así de fácil.

​— Pues nada que me alegro de que te hayas sobrepuesto.

​— Sí gracias, estoy bien, lo que pasa es que ahora lo hago todo bastante más despacio, pero no me preocupa porque me han dicho que eso puede que sea de que he aprendido a sobrellevarlo.