Las Navas del Marqués a 29 de marzo de 2023 |
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Creo que he contado esto alguna vez, un sueño que tuve pocos meses antes de comenzar mi transición, es un sueño especial, (o espacial )
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Había una habitación blanca, bien iluminada, carente de puertas y ventanas, paredes lisas y además tampoco había mobiliario alguno.
En el centro de la estancia, sentada en un parquet inmaculado y brillante, estaba una muchacha preciosa, en el esplendor de sus treinta años. Sentada en el suelo de medio lado, con su cabellera rubia que le llegaba a la mitad de su espalda, vestía un traje de chaqueta y pantalón, también blancos y zapatos de salón clásicos. Tenía sus rodillas ligeramente dobladas y guardaba el equilibrio apoyando una de sus manos en el suelo. Ella estaba tristísima, estaba allí encerrada sin poder salir, sola, sin nada que hacer mientras yo la observaba, tal como lo haría el astronauta David Bowman de 2001.
Pude percibir que en su corazón tambien albergaba una esperanza, una enorme esperanza.
Al poco rato experimenté una sensación angustiosa, caí en la cuenta de algo terrible, me estaba observando a mi misma, yo era la muchacha. Su angustía y tristeza eran mias, aunque también lo era su esperanza.
Cuando desperté de la pesadilla me di cuenta de que esta no había acabado, era tan solo una metáfora onírica de mi situación por aquel entoces.
Se que en algún rincón de mi cerebro esa sala sigue existiendo, solo que ahora tiene un gran agujero en la pared, ya no hay nadie allí, sólo queda un letrero hecho con una barra de labios que reza. Amanda cumplió condena aquí hasta el verano de 2010
Mucho ha llovido desde entonces. Amanda dejó de ser un sueño, un proyecto de persona para ser una persona real. Los sueños pueden ser muy reales, tanto que a veces cobran vida.
Para Ana y Acuarela
Amaterasu